Mi abuelo probablemente sea el hombre mas de contrastes en la familia que he conocido. Fue carpintero toda su vida igual participaba en la construcción de un hospital o una mesita de noche como el mejor ebanista, masco tabaco, mujeriego, montaba en cólera fácil, pero igual tocaba guitarra, gran narrador de anécdotas, cocinero porque si, en el fondo era el mas bonachón y apático ser que conoció mi niñez.

Por eso cuando veo la gestión de Valverde, es inevitable recordar a mi abuelo Chon, practico e inalterable en el 2017, a la salida de Neymar, quien nos entrega una Liga espectacular en su primer año, y un recorrido de Champions inmaculado hasta el capitulo Roma. Detengámonos aquí un momento. Roma. El gesto más vehemente que se vio en el área técnica del Barça. Esa noche fueron las clásicas cuclillas, deteniéndose el mentón ante la catástrofe que todos veíamos cuando sólo recuperábamos el 38% del total de los balones perdidos, y ademas sólo cometíamos la mitad de faltas que nuestro rival. El primer cambio no llegó hasta el al minuto 80, estadísticas para concluir que tenemos un timonel firme únicamente en apariencia, capaz de confiar en sus colaboradores casi hasta el fin, o hasta que D10s obre el milagro. Y para darse cuenta de todo esto, no es necesario ser entrenador.

Pero somos humanos y de los errores viene la sabiduría comúnmente. Sin embargo, mi abuelo Chon vuelve a hacer un gran trabajo el siguiente año (Liga y camino de Champions 2018) y vuelve a cobrar poco por el trabajo. Cobrando poco  aún si eres consciente de que eres bueno en tu oficio, y con la mayoría de la gente recordándote también habiendo generado “un mal negocio” un año atrás, cuando casi regalaste lo que merecías cobrar; aún contando con la mejor madera y buenos fierros vuelves a conformarte con una ganancia mediana, no acorde a la calidad de la madera que trabajaste. ¿Por qué no levantaste la voz e impusiste tu precio?, ¿Por qué fuiste tibio al presentar tu catálogo en el mercado de Roma y Liverpool?, Por qué en realidad no te arriesgas a pasar de ser buen carpintero a ser el mejor?. Y así fue mi abuelo. Se desgastó paulatinamente, para terminar vendiendo sus fierros poco a poco, y renunciando a una ocupación por la que sentía pasión, porque no se dio cuenta que los tiempos cambian, y que no sólo basta con ser bonachón y correcto, para dar el salto.

Ojalá Valverde, que aún tiene madera de primera, si no es que la mejor, no termine desperdiciando la materia prima, y pueda hacer el curio más bello, el chinero más robusto, y la mesa de centro más practica que espera el barcelonismo desde el 2015, para adornar su sala. A mi abuelo lo adoré a pesar de esta faceta. No se si el culé quede con el mismo sentimiento cuando no encuentre los muebles que le prometieron, porque se acostumbró a los mejores artesanos, unos tales Cruyff, Rijkaard, Guardiola y Luís Enrique. Y por cierto, ¿Qué hace este carpintero por estos días?

Ver otras noticias de nuestro blog